MOVIMIENTO LA RESISTENCIA . Gobierno en la sombra.
Boaventura Dos Santos nos cuenta hechos importantes y recrimina a los movimientos sus fallos, por otro lado lógicos, tras comprobar que LA UNIÓN DE LA IZQUIERDA ES IMPOSIBLE SIEMPRE, AQUÍ Y EN PEKIN.
La revolución democrática va a tener dos pies:
--Cambiar la democracia representativa neoliberal a través de un cambio del sistema político que conlleva, a su vez,
--Un cambio del sistema partidos. Es decir, la participación de independientes en el sistema político, en la regulación y financiación de los partidos, en el sistema electoral,…
Hay mucho que hacer, pero sobre todo, sabiendo que la reforma nunca va a venir de los partidos, que saben que saldrán perdiendo con esto, sino que va a venir de los ciudadanos.
La democracia participativa resultante -de la que ya tenemos experiencia fuera de Europa- traerá nuevas formas de actuación: referéndums, consejos populares, consejos sectoriales, presupuestos participativos a nivel local o regional, por ejemplo;…
O sea, democracia directa que controle a los elegidos, que vaya más allá de la autorización a gobernar; que vaya hasta la rendición de cuentas, ésta que debe llegar de fuera, de ciudadanos organizados. El problema es que ahora no están organizados.
¿Se refiere al movimiento de los indignados? ¿Qué crítica(s) tiene que hacerles?
Primero.- Las ASAMBLEAS HORIZONTALES DE DURACIÓN PERMANENTE en donde se toman decisiones por consenso que pueden ser totalmente paralizantes, pues una pequeña minoría puede impedir cualquier decisión y por tanto sin formulación política; y sin formulación política no hay alternativas.
Segundo.- El sistema de gran autonomía individual que manejan (cada uno decide cuándo entra y cuándo se va, por ejemplo) que es más clavadito al neoliberalismo de lo que piensan.
Un MOVIMIENTO no se construye con autonomía individual, sino con autonomía colectiva. Y no la tienen.
Tercero.- Un rasgo que estamos viendo, sobre todo, en los acampados de EEUU y en algunos de aquí: tiene más legitimidad quien se queda más tiempo acampado en la plaza.No tienen en cuenta que hay que gente que es muy buena, pero que tiene que ir a trabajar o ir a casa a atender a los niños. ¿Son menos legítimos por eso? No, porque permanecer más tiempo en una plaza no es un criterio de legitimidad democrática.
¿Todo esto no ha impedido avanzar más al movimiento de los indignados?
Yo trabajo con ellos como intelectual de retaguardia, que es lo que me considero, y creo que en estos momentos, no son un movimiento; son presencias que no tienen propuestas muy concretas y los entiendo, porque es todo el sistema el que está podrido y quieren reconstruirlo desde abajo.
Para ello, piden una nueva Constitución y eso sí es positivo; piden un impulso constituyente, algo que yo vengo defendiendo: una nueva Constitución que retire el monopolio de la representación política a los partidos; que establezca diferentes formas de propiedad, más allá de la estatal y la privada -se han perdido las formas de propiedad comunal o de cooperativa, por ejemplo-; que asiente una nueva forma de control social más articulada; una reorganización total del sistema de justicia, y una fórmula para proteger nuestras constituciones de la especulación financiera y de deudas que no se pueden pagar.
Esa deuda es precisamente la coartada para imponer las políticas de austeridad...
Esto no es una crisis. Tenemos que luchar también por los términos del debate, porque esto no es una crisis: es una gran maniobra del capitalismo internacional financiero para destruir la última fortaleza que existía en el mundo de protección social y trabajo con derechos.
El remedio de la crisis está empeorando la crisis o, lo que es lo mismo, el médico está matando al enfermo. Y lo peor es que no necesariamente cuanta más crisis hay, hay más resistencia.
Los niveles de crisis son tan graves que la gente está tan empobrecida, tan deprimida, que no sale a la calle; gente que se suicida, que toma ansiolíticos; gente que interioriza la crisis y se vuelve contra sí misma. Hemos entrado en ese proceso.
2013 es un año decisivo para saber si tenemos energías, inteligencia política y huevos suficientes, para darle la vuelta a esto.
HAY QUE ARTICULAR ALGO SERIO, UN MOVIMIENTO DE MOVIMIENTOS, LIDERADO, ORGANIZADO Y CON UN PROYECTO DE CAMBIO TOTAL, que genere turbulencias políticas que impidan a todos los Gobiernos del Sur de Europa, - protectorados, en realidad- seguir gobernando.
sábado, 22 de junio de 2013
Las ASAMBLEAS HORIZONTALES DE DURACIÓN PERMANENTE en donde se toman decisiones por consenso que pueden ser totalmente paralizantes, pues una pequeña minoría puede impedir cualquier decisión y por tanto sin formulación política; y sin formulación política no hay alternativas. Segundo.- El sistema de gran autonomía individual que manejan (cada uno decide cuándo entra y cuándo se va, por ejemplo) que es más clavadito al neoliberalismo de lo que piensan. Un MOVIMIENTO no se construye con autonomía individual, sino con autonomía colectiva. Y no la tienen. Tercero.- Un rasgo que estamos viendo, sobre todo, en los acampados de EEUU y en algunos de aquí: tiene más legitimidad quien se queda más tiempo acampado en la plaza.No tienen en cuenta que hay que gente que es muy buena, pero que tiene que ir a trabajar o ir a casa a atender a los niños. ¿Son menos legítimos por eso? No, porque permanecer más tiempo en una plaza no es un criterio de legitimidad democrática.
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